Origen del género épico
La épica, como hemos dicho, surgió en la Edad Antigua. Fue parte de las expresiones culturales de las distintas culturas de la época, especialmente de aquellas con un mayor nivel de refinamiento artístico. Así, existen épicas de origen egipcio, sumerio, romano, indio, persa, etcétera. Cada una le brinda a su pueblo una razón de ser y un origen mítico o divino.
La obra épica más antigua que se conoce es La Epopeya de Gilgamesh (2500-2000 a. C.), de origen sumerio, donde se cuenta a lo largo de cinco poemas independientes las peripecias del rey de Uruk, Gilgamesh, en su búsqueda de la inmortalidad. El poema fue escrito en tablillas de arcilla, utilizando la escritura cuneiforme de la época.
Sin embargo, la tradición épica mejor conservada en Occidente es de origen griego: se le atribuye al aedo Homero (ca. s. VIII a. C.), compositor de la Ilíada, que canta los hechos de la Guerra de Troya, y la Odisea, que narra el retorno a casa del héroe griego Odiseo tras la destrucción de Troya, a través del mar Mediterráneo. Estas obras inspiraron a los grandes dramaturgos griegos del siglo V a. C. y se consideran la piedra fundacional de la cultura occidental
